Once de la noche del Miércoles Santo y vuelve a hacerse el silencio en las calles de Ronda. El fiscal de la Hermandad Sacramental del Santísimo Cristo de la Sangre y Nuestra Señora del Mayor Dolor golpea tres veces la puerta del Obispo de la Colegiata de Santa María la Mayor y comienza la salida procesional.
Unos 350 hermanos han formado parte de la estación penitencial que ha recorrido las calles de Ronda con la sobriedad y majestuosidad que caracteriza a la hermandad.
Las consecuencias y el dramatismo de los golpes que Jesús recibió durante la flagelación se reflejan a la perfección en la obra de Pedro Duque, a la que acompaña Nuestra Señora del Mayor Dolor, cuyo corazón se ve atravesado por una espada, símbolo del profundo desagarro que siente al ver a su hijo.
El sonido de las gruesas cadenas y las cruces que arrastran los penitentes volvió a estar acompañado por las voces de la Schola Gregoriana Sancte Benedicte, que cerraba el cortejo.
Una vez realizada la estación penitencial ante el Santísimo, el Silencio ha vuelto a la Colegiata de Santa María la Mayor donde cada año se vive uno de los momentos más significativos de la Semana Santa de Ronda. La subida del trono por la cuesta que llega hasta la plaza Duquesa de Parcent y el grito de ¡Ahora empieza!, que marca el inicio del trabajo para la Semana Mayor del próximo año.
				
								
															

								



