Decisión valiente para unos, una temeridad para otros. Lo cierto es que la Hermandad del Prendimiento volvió a desafiar al mal tiempo y salvó con su desfile procesional otro gris Domingo de Ramos. Por fortuna y pese a que la lluvia acompañó al cortejo durante buena parte de su recorrido, no hubo que lamentar daños destacables en lo que al patrimonio respecta. 

La Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Prendimiento, María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos y San Juan Evangelista debía efectuar su salida a las cinco de la tarde desde la iglesia de San Cristóbal. A esa hora llovía, por lo que la Junta de Gobierno aplazó su decisión media hora. Tras mucha incertidumbre y más de una hora después de la hora prevista, la lluvia dio una pequeña tregua, el cielo se abrió y la hermandad emprendió su camino hacia el casco histórico de la ciudad, ante la alegría de los cientos de personas que se congregaron en la plaza Magistrado Antonio Cantos.

Entonces se abrió la puerta principal del templo y apareció la imponente Cruz de Guía. Acto seguido, se descubrió el tinglado donde se resguardaba el paso de misterio, que inició su caminar en dirección a Castro Sandaza con el acompañamiento de la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Rosario, de Arriate. Antes, el alcalareño Jesús González, uno de los participantes del popular programa televisivo ‘Se Llama Copla’, interpretó una saeta desde uno de los balcones de la plaza.

Como novedad este año, a los pies de ‘El Prendi’ se colocó un casco del Consorcio Provincial de Bomberos, como muestra del hermanamiento sellado hace escasas semanas. El palio de María Santísima del Rosario, que estuvo acompañada a lo largo de su recorrido por la Asociación Musical Aureliano del Real, estrenó ocho violeteras de plata. 

Durante buena parte del recorrido la lluvia, fina pero constante, acompañó al Prendimiento, lo que hizo pensar en una posible interrupción de la estación de penitencia. No fue así, aunque finalmente y a modo de prevención, se decidió acortar el recorrido.

En el paso por la Carrera Oficial las precipitaciones fueron más intensas, por lo que ambos pasos fueron cubiertos con plásticos de grandes dimensiones, y las cuadrillas de costaleros aligeraron el paso hasta la recogida en el Santuario de María Auxiliadora.