Jubrique revive su esencia con la XI edición del Concurso de Aguardiente

La localidad celebra una fiesta de Singularidad Turística Provincial en la que tradición, música y gastronomía se dan la mano en torno a uno de sus productos más emblemáticos
Esta fiesta es una apuesta de Jubrique por mantener vivas sus tradiciones, ya que con esta celebración se pone en valor y se da a conocer esta bebida, que desde hace siglos se viene elaborando de manera artesanal en el pueblo.

Jubrique volvió a rendir homenaje el pasado sábado a una de sus señas de identidad más arraigadas con la celebración de la XI edición del Concurso de Aguardiente, una cita ya consolidada en el calendario local y reconocida como fiesta de Singularidad Turística Provincial.

Siete participantes elaboraron aguardiente de manera artesanal en plena plaza del pueblo, utilizando alambiques tradicionales y siguiendo el mismo proceso que se empleaba siglos atrás, todo ello a la vista de vecinos y visitantes. La iniciativa forma parte de la apuesta del municipio por conservar y difundir una tradición que ha marcado durante generaciones la historia y la economía local.

La jornada comenzó a media mañana con la apertura del mercado gastro-artesanal y el inicio del proceso de destilación del aguardiente. Poco después, la charanga ‘Fu-Remol’ puso ritmo al ambiente festivo, mientras los más pequeños disfrutaban de actividades como el pinta caras.

Durante la tarde, la música corrió a cargo del grupo ‘Kalima’ y no faltó uno de los momentos más esperados: la degustación de buñuelos con chocolate, organizada gracias a la colaboración de un grupo de vecinas del municipio. Una vez finalizada la elaboración de los distintos licores, un jurado especializado analizó cada muestra atendiendo a criterios como la graduación alcohólica, el color, el aroma y el sabor, otorgando los premios a los aguardientes mejor valorados. En esta undécima edición, el primer premio fue para el licor elaborado por Francisco Ruiz Benítez.

La fiesta continuó ya entrada la noche con la actuación de la zambomba flamenca ‘Coro de la Abuela María’, seguida del grupo ‘Aguardiente’. El cierre llegó de la mano del dj Naza Jiménez, que mantuvo animada la plaza hasta bien entrada la madrugada.

El aguardiente de Jubrique se obtiene mediante un proceso artesanal que combina dos destilaciones. En primer lugar, se calienta mosto para obtener un alcohol de alta graduación. Posteriormente, se añade matalahúva y se realiza una segunda destilación, de la que se descartan los primeros y últimos licores, conservando únicamente el corazón del proceso. Finalmente, se añade agua para ajustar la graduación en torno a los 40 grados, siendo necesarios aproximadamente siete litros de mosto para producir un litro de aguardiente.

La vinculación de Jubrique con este licor se remonta al siglo XVIII, cuando gran parte de sus tierras estaban dedicadas al cultivo de la vid y llegaron a funcionar alrededor de 70 alambiques entre el núcleo urbano y sus alrededores. La fama del aguardiente fue tal que el municipio era conocido popularmente como “Jubrique el del aguardiente”.

Aunque la llegada de la filoxera y la industrialización del sector provocaron un notable descenso de esta actividad, en los últimos años el concurso ha servido de impulso para que varios vecinos retomen la destilación artesanal, contribuyendo así a mantener viva una tradición que forma parte del patrimonio cultural del municipio.

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