Leocadio Corbacho: “Voy a cumplir 80 años, pero seguiré aquí mientras pueda y mis hijos me dejen”

La Casa del Jamón, una de las empresas más reconocidas y destacadas de la ciudad, se viste de Navidad ofreciendo los mejores jamones y productos de la zona
Corbacho es el fundador de esta empresa familiar.

Cuesta imaginar en la actualidad la calle Jerez sin La Casa del Jamón. Esta empresa familiar se ha convertido en un templo gastronómico en nuestra ciudad, donde, además de un gran surtido de jamones, también se pueden adquirir productos de la zona, como quesos, embutidos, chacinas o vinos de Ronda.

Su fundador, Leocadio Corbacho, jamás pensó que aquel pequeño negocio que abrió en la barriada de La Dehesa en podría llegar a convertirse en un referente empresarial en la ciudad.

“Empezamos mi mujer y yo en aquella tiendecita. Yo siempre he trabajado el jamón, pero me animé a especializarse tras asistir a una conferencia en Madrid. Así que en el año 1989 nos trasladamos a la calle Jerez con 2.500 piezas. Empezamos a crecer y nos decidimos por este local”, recuerda.

A sus 79 años, Corbacho no tiene intención de jubilarse. “Ahora son mis hijos los que llevan el negocio, pero yo no puedo quedarme en mi casa. Es que me gusta mi trabajo. Yo soy feliz aquí. Mientras pueda y mis hijos me dejen, aquí seguiré. Yo y mi mujer, que ha sido mi gran apoyo y los cimientos de La Casa del Jamón. Es la cara menos visible, pero sin Ani no estaríamos aquí”, asegura.

Alberto y Lourdes están en Ronda, mientras que David es el responsable de una segunda Casa del Jamón ubicada en Marbella. La de nuestra ciudad es visitada a diario por turistas, rondeños y serranos que acuden a desayunar, comprar y tomar café.

“También viene mucha gente por la decoración”, afirma Leocadio. Juguetes antiguos y portadas de discos e imágenes relacionadas con la tauromaquia, entre otras muchas cosas, decoran la zona de cafetería, donde las mesas y las sillas están llenas de tradición.

En este sentido, destaca el “pequeño museo” que esta empresa ha dedicado a las labores tradicionales de matanza con herramientas y maquinaria de épocas pasadas. “Es muy importante que la gente conozca cómo se trabajaba el cerdo porque forma parte de nuestra cultura y nuestra historia”, añade.

Su escaparate también suele llamar la atención de los viandantes por su decoración, la cual se va adaptando a las diferentes festividades que se celebran en la ciudad. Ahora, son las luces de Navidad las protagonistas.

Precisamente son estas fechas las de más trabajo, siendo el jamón ibérico uno de los productos más demandados, aunque Corbacho asegura que también se pueden adquirir muy buenas paletas de jamón blanco. También cuentan con lotes con un surtido de productos a diferentes precios.

“En el obrador cortamos jamón todos los días. Ahora más porque el loncheado se está vendiendo mucho, pero el jamón en una casa es muy bonito. Aquí siempre explicamos y enseñamos al cliente cómo tiene que trabajarlo”.

Leocadio Corbacho es un enamorado del jamón y del “arte de cortar jamón”, el cual ha promocionado y ha divulgado a través del concurso de cortadores que organiza su empresa, con prestigio nacional y que se viene realizando desde que él mismo ganó un premio en Teruel en el año 2001.

“Estáis todos invitados a esta que es vuestra casa”, nos despide Corbacho mientras vuelve a su habitual rincón de trabajo para seguir cortando jamón y atender a sus clientes.

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