El artista rondeño Alejandro Martín ha viajado hasta Roma para tener una audiencia con el Papa León XIV. Visiblemente emocionado, pudo entregarle personalmente una palia litúrgica elaborada por él y mostrarle el cartel conmemorativo del centenario de las Hermanas de la Cruz en Ronda, una obra que precisamente fue el origen de esta inesperada experiencia.
Martín, que ha compartido sus impresiones en sus redes sociales, reconoce que aún no puede asimilar lo vivido. “Ha sido una experiencia inolvidable”, afirma. La oportunidad surgió a raíz del cartel del centenario de la congregación, lo que impulsó el viaje al Vaticano para participar en una audiencia con el Santo Padre. Durante el encuentro, el artista pudo intercambiar unas palabras con el pontífice.
“Le transmití sus deseos de oración mutua y le informé sobre la celebración del centenario”, relata Martín. Asimismo, aprovechó para comunicarle un mensaje expreso de las hermanas de Ronda: “Rezamos por usted y le pedimos que nos encomiende en sus oraciones”. El artista asegura que cumplió con esa petición y que solicitó la bendición del Papa para esta congregación que tanto hace por los más necesitados de la ciudad.
En su mensaje, Martín también ha agradecido la ayuda prestada por Salvador Aguilera durante su estancia en Roma, subrayando que estos días están siendo “memorables”.
Además, como agradecimiento, le hizo entrega al pontífice de un presente que Martín ha elaborado durante semanas. “Puedo confirmar que fue de su agrado, ya que su expresión lo dejó evidente”. De hecho, le confirmaron que probablemente será utilizada en la capilla privada del Papa.
Una pieza única elaborada con técnicas artesanales

La palia entregada a León XIV es una obra de 19 x 19 centímetros, realizada en madera estucada, dorada y policromada al óleo, siguiendo técnicas tradicionales de la imaginería y la orfebrería litúrgica. Para el dorado ha empleado oro de 23 ¾ quilates, tratado para garantizar su conservación.
La pieza está enriquecida con pastillajes, talla de estuco y dibujos mateados, además de tres broches de plata y cristal. La rodea un delicado encaje de bolillos de hilos de plata bañados en oro, fijado con clavos finos. “Tanta ostentosidad en los materiales viene justificada por su uso en el sacrificio de la misa”, explica el propio artista.





