Tras cosechar un gran éxito en el municipio de Ataje, Charo Carrasco y Emma Cherry han regresado a Ronda con la obra “Mujeres frente al espejo”. Escrita por Eduardo Galán y dirigida en esta adaptación por Marcos Marcell, se nos presenta a una novelista de éxito y una joven actriz que entran en conflicto debido a una equivocación.
“Estas mujeres se enfrentan la una a la otra, pero también a ellas mismas porque revelan partes de sí mismas que están escondidas. Se permiten un montón de cosas que nunca antes habían expresado”, destaca Emma.
“Para nosotras ha sido un reto enfrentarnos a este texto, de unos 85 minutos y transitar por todas las emociones. Es una montaña rusa que no creo que deje indiferente al espectador”, añade Charo.
La idea de llevar a escena esta propuesta surgió de sus propias protagonistas durante la pandemia. “Fueron ellas las que me lo plantearon, pero no me parecía entonces un buen momento. Era una obra muy compleja para una época tan dura y delicada. Pero les debía esta oportunidad y lo han trabajado tan bien que están fantásticas”, apunta el director.
Las primeras funciones tuvieron lugar el pasado fin de semana y se volverá a escenificar los días 26 y 27 de septiembre, así como el 10, 11, 17 y 18 de octubre en la Sala Puerta Amarilla (trasera de la calle Bulerías).
“Este lugar es especial. Es pequeño y prácticamente actúas junto al espectador por lo que se crea una comunión distinta con el público. Nosotras también podemos sentir sus emociones y es una experiencia muy bonita”, afirma Cherry.
La sala forma parte de las instalaciones de la escuela de Proyecto Platea, que este año incorpora nuevas disciplinas. Entre ellas, un grupo infantil y juvenil, cuyas clases las impartirá Zaira Rey. “Proyecto Platea empezó en 2017 dando clases para niños y adultos, pero tuvo que posponer a los más pequeños por cuestiones de agenda”, explica el director.
Marcell defiende que su escuela va más allá del teatro ya que sus alumnos estudian literatura, historia, gestualidad y voz, entre otras disciplinas:
“Aquí los actores aprenden de luces, de escenografía, de técnica y hasta de esgrima. Hacemos un estudio del teatro muy profundo. No quiero que suene como a algo fuera de lo común, pero sí me gustaría que aquí se estudia Arte dramático, no sólo teatro”.
El rondeño asegura sentirse realizado pues afirma que el sueño de cualquier actor es poder contar con su propio teatro y anima a todos los interesados a que prueben o se animen a participar en alguno de los múltiples talleres que van a realizar durante el curso.