La Carrera de San Corbata, organizada por la Delegación de Deportes, despidió el año con una jornada llena de creatividad, solidaridad y participación. El evento, que ya es tradición en la ciudad, se celebró este mediodía con la nueva ubicación para salida y meta que se acordó el pasado año, establecida en la avenida Martínez Astein, y la incorporación de participantes en bicicleta.
El delegado de Deportes, Bernardo Crespo, destacó el éxito de la jornada y expresó su agradecimiento a Confitería Daver, patrocinador principal. La empresa rondeña volvió a sorprender con sus dulces para los corredores a la llegada y con premios en metálico, valorados en 100 euros, entregados en tres categorías destacadas.
El galardón a la corbata más original fue para Francisco Orozco, quien sorprendió con un diseño hecho íntegramente con piezas de LEGO. Por su parte, el premio a la familia más numerosa recayó en la Familia Paniagua, un ejemplo de participación intergeneracional. Finalmente, la asociación AYUCA, con 72 participantes, fue reconocida como la entidad con mayor número de inscritos. En un gesto solidario, el premio económico fue donado por la asociación a las Hermanitas de los Pobres.
La Carrera de San Corbata volvió a convertirse en una jornada lúdica que combinó deporte, creatividad y solidaridad, consolidándose como uno de los eventos más queridos por los rondeños para despedir el año.