Continúa la oleada de robos en los comercios de Ronda. Son muchos los trabajadores que se encuentran inquietos ante la incertidumbre de no saber si serán las siguientes víctimas de este tipo de actos delictivos.
El centro de belleza D’Alma, situado en calle Almendra, ha sido uno de los últimos establecimientos afectados. Desde las redes sociales del comercio compartían la imagen de la puerta del local arrancada de su marco.
Las trabajadoras explican que se han encontrado la puerta del establecimiento forzada por segunda vez en una semana y que, en esta ocasión, los delincuentes no se han llevado nada del negocio. “Ese es nuestro miedo. Aunque ya no dejemos nada de valor, nos pueden reventar la puerta y llevarse cosas por el mero hecho de hacer daño”, asevera Débora González.
Aseguran que todos los comerciantes se sienten igual ante esta situación y que han llegado a avisarse entre ellos ante la presencia de los presuntos ladrones en la zona. “Pedimos que se haga algo, porque esto ya no es normal. No se puede vivir así”, expone esta trabajadora.
El abogado Miguel Ángel Romero explica que hay que diferenciar entre robo y hurto. En el primero de los casos, se trata de la sustracción de objetos con el uso de violencia, intimidación o fuerza y que los delincuentes pueden enfrentarse a una sentencia de entre uno y tres años de prisión.
Los hurtos son sustracciones de objetos, pero sin el uso de fuerza y se pueden dividir según el valor de los enseres. Si superan los 400 euros, también se podrían imponer sentencias privativas de libertad. Si no, solo se les podría multar, según afirma Romero.
Aún así, desde agosto de 2022 con una modificación del Código Penal, se contempla la privación de libertad a personas que hayan reincidido tres veces en este tipo de delito. Miguel Ángel Romero aconseja a los comerciantes el instalar cámaras de seguridad en los locales, para contar con pruebas, y en el caso de ser víctimas de estos delitos, denunciar.
