Tres largos años han tenido que pasar para que los rondeños podamos sentir la presencia de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de la Amargura por las callejuelas del casco histórico, en un sobresaliente inicio de la Semana Santa que ha propiciado la llegada a la ciudad de cientos de visitantes para disfrutar de un Domingo de Ramos cargado de fervor cofrade y con tres hermandades realizando su estación penitencial.
Puntualmente, a las siete de la tarde, salía la Cruz de Guía de Los Gitanos desde la Colegiata de Santa María La Mayor. En Duquesa de Parcent esperaban cientos de fieles la llegada del Manué y Amargura, sus dos Titulares, que han sido escoltados, como novedad este año, por efectivos de la Guardia Civil, hecho que evidencia el especial apego de la Benemérita hacia esta Hermandad.
Embrujo en el casco histórico, entremezclado con el clásico olor a romero y las saetas. La hermandad ha presentado dos novedades significativas: la restauración de la corona de la Virgen de la Amargura y de las potencias de Nuestro Señor de la Salud.
El Manué estuvo acompañado por las marchas de la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Oliva, de Vejer de la Frontera, mientras que Amargura fue mecida por sus costaleros mientras sonaban las marchas de la Banda de Música Arunda.



