Las calles de la ciudad se han llenado hoy del color verde esperanza. Y es que unas mil personas han querido demostrar su apoyo y colaboración a AROAL (Asociación de Ayuda a Enfermos de Alzheimer de Ronda), con motivo del día mundial de esta enfermedad, establecido el 21 de septiembre.
La marcha, que ha comenzado pasadas las diez de la mañana y cuya salida ha sido la Alameda del Tajo, ha contado con la participación de personas de todas las edades que han vestido una camiseta verde con el lema “En Ronda 1.000 almas con el Alzheimer”.
La actividad, que une el deporte y la solidaridad, ha tenido como principal objetivo recaudar fondos para que la asociación pueda seguir prestando sus servicios desde la estancia diurna, donde atiende a más de veinte personas.
Cada uno de estos pacientes recibe un trato personalizado y se intenta desde AROAL que el progreso de la enfermedad sea lo más lento posible y ejerciten la mente y el cuerpo mediante distintos ejercicios y la ayuda de los profesionales, quienes tienen claro que una de las mejores terapias que pueden aplicarles es la paciencia y el cariño.
Asimismo, en otras ciudades de Andalucía, aproximadamente a la misma hora, se han celebrado esta mañana carreras solidarias con este colectivo.
Además, durante estos días se han realizado otro tipo de actividades con las que se pretende dar a conocer una enfermedad que afecta en la Serranía de Ronda a unas 300 personas y que hasta el momento no tiene cura.
Paqui González, presidenta de la asociación, ha agradecido a todos los rondeños su presencia en la carrera y ha recalcado la importancia de que se conozca la enfermedad. “Hay que intentar sensibilizar a la sociedad sobre las consecuencias del Alzheimer y los problemas que supone tanto para el enfermo como para sus familiares”, ha apuntado.
Por otro lado, miembros y voluntarios de otras asociaciones rondeñas también han formado parte de la ‘marea verde’ y han puesto de manifiesto la unión entre los diferentes colectivos, algo que la presidenta de AROAL también ha destacado.
Entre los participantes, muchos han coincidido en que este tipo de iniciativas permite que también los familiares de los afectados puedan “distraerse” durante unas horas.
La carrera se ha realizado a pie y el recorrido, de seis kilómetros, se ha desarrollado por las calles del casco urbano, en un itinerario similar al de otras marchas solidarias.
Sin demasiada dificultad y coincidiendo en que ha sido una experiencia muy positiva, todos los participantes han llegado a la meta.
Con total seguridad el año que viene serán muchas más almas las que salgan a la calle para apoyar a los enfermos de Alzheimer, a sus familiares y cuidadores.




