La lacra del paro afecta a personas de todas las edades, con experiencia laboral y sin ella. Con estudios básicos e incluso con carreras universitarias. Una ciudad sin industrias, sin oportunidades y con las peores comunicaciones por carretera de toda la comunidad autónoma. Pactos por el empleo que, como tantas promesas de los que mandan, acaban en el limbo. Dejadez y falta de implicación de administraciones que sólo se vuelcan con pueblos en los que gobiernan los de su mismo signo. En definitiva, un lugar cada vez con menos perspectivas de futuro. 

En apenas seis años el número de parados se ha multiplicado en nuestra ciudad, pasando de 2.388 en 2007 a los actuales 5.300. A la Oficina de Empleo llegan diariamente nuevas caras con perfíles y situaciones muy diferentes. Algunos con la ilusión de encontrar una salida para su situación y otros, para los que la esperanza de encontrar un trabajo desapareció hace tiempo.

Uno de los usuarios de esta oficina, Javier Mora, señaló que “llevo veintidós meses trabajando como vigilante de seguridad, pero antes estuve dos años en paro. He tenido que irme de Ronda para poder trabajar porque aquí no hay nada”.

Asimismo, explicó que “antes estaba en el sector de la construcción y también trabajé como conductor de autobús y camión. Tienes que adaptarte a lo poco que hay porque en mi familia somos cinco y sólo trabajo yo”. Mora manifestó que “en la ciudad faltan iniciativas, propuestas y trabajo. Los gobernantes deberían cumplir lo que prometieron cuando se presentaron a las elecciones y crear empleo”, concluyó.

Por su parte, Daniel Torreño, residente en el Llano de la Cruz y desempleado desde hace más de dos años, señaló que “a veces me faltan ganas, pero hay que seguir buscando trabajo”. En la misma línea se expresó María Ángeles López, quien desde hace diez años busca un trabajo como empleada del hogar. “En mi casa somos nueve personas. Estaría bien que algunos políticos supieran lo que es pasar necesidad”, afirmó.

Tampoco ha tenido mucha suerte Francisco González, quien reconoció que “la ayuda de mis padres es vital para mi familia porque tirar con 426 euros al mes se hace complicado”. Al mismo tiempo, explicó que “he estado diez meses trabajando en el sector agrícola, pero siempre me dediqué a la construcción”. Finalmente, González apuntó que “Ronda necesita trabajo, trabajo y trabajo”.