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Una familia muy navideña

Una parte del salón de esta familia. // CharryTV

Los Aguilar Ramírez tardan diez días en decorar su casa con cientos de adornos de esta época

Mires donde mires, está presente la Navidad. Visitar la casa de la familia rondeña Aguilar Ramírez es toda una experiencia, especialmente, si te gusta esta época del año. Juan Miguel Aguilar, Tere Ramírez y su hija, Lucía Aguilar, no saben cuántos adornos atesoran, pero lo que está claro es que son cientos y que les ha llevado nada más y nada menos que diez días sacarlos de sus cajas para exponerlos, cual museo dedicado a estas fiestas, en su vivienda.

“Si por Lucía hubiera sido… Empezamos a decorar en agosto”, explica Juan Miguel, que ha sabido trasmitir a su hija su pasión navideña. “Creo que el relevo está garantizado. Es mi época favorita del año, desde que tengo uso de razón, tengo guardado el recuerdo de que en mi casa gustaba mucho la Navidad, pero no se decoraba así… Un Nacimiento y un árbol y ya está”, indica este rondeño que aún vive de forma más especial estas fiestas desde hace diez años, cuando Lucía nació.

De hecho, entre las decenas de figuras, peluches y otros elementos de los Reyes Magos, Papá Noel, elfos, renos, ángeles… Hay muchos objetos personalizados, que hablan del amor que une a esta bonita familia, que tiene también un Belén de Pinypon de hace 30 años. “Me gustaría ampliarlo, pero ya no fabrican así los Pinypon”, lamenta Juan Miguel.

Esta familia lleva años coleccionando adornos: “Cada año estrenamos algo, este, luces”, dice Juan Miguel, que recuerda que su pareja tenía, cuando la conoció, una tienda de veinte duros. “Iba con ella a los almacenes… Y eso para mí era el paraíso en Navidad”, ríe.

Pero al margen de lo que pueda parecer superfluo, Juan Miguel tiene claro que lo importante es el significado de la Navidad: “Lo que sí me parece importante es que no haya solo luces y adornos. Aquí podemos contar unos diez Nacimientos, quiero transmitirle a mi hija el significado cristiano de la Navidad. Papá Noel está muy bien, pero lo nuestro es lo nuestro”, afirma y añade: “Es verdad que a todos nos falta gente (se acuerda, especialmente, de su madre), hay huecos en Navidad, pero siempre pienso en cómo les gustaría a los que no están que estemos nosotros… Disfrutando”.

La que no está tan contenta o, al menos, le ve otra cara a la decoración de su casa es Tere: “Está muy bien, muy bonita, disfrutamos mucho poniéndola… Pero, por otro lado, para limpiar esto… ¡Tela!… Yo paso un poco el paño y ya está… Es imposible limpiar el polvo”, explica, mientras Juan Miguel y Lucía añaden que le llaman en esta época el Grinch. Ella, en el fondo, ya está igual de entregada a la Navidad que su pareja y su hija y confiesa que, cuando se sienta en su sofá y contempla su salón, se detiene en cada adorno, especialmente, en los recuerdos y la ilusión que hay detrás de cada uno de ellos.