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¿Por qué se producen tantos conflictos familiares en verano y cómo podemos solucionarlos?

Varios estudios demuestran que las discusiones y las actitudes agresivas aumentan en verano, siendo los menores los más perjudicados. // CharryTV

La psicóloga Inmaculada Gutiérrez nos ayuda a resolver estas y otras dudas relacionadas con las disputas que surgen entre los miembros que conviven en una misma unidad familiar

Paloma González

El verano puede ser la temporada más feliz del año o convertirse en un auténtico infierno para muchas parejas. “Sólo hay que mirar las estadísticas y comprobar el gran aumento de divorcios y separaciones que se producen al finalizar la época estival”, apunta Inmaculada Gutiérrez.

Esta profesional de la psicología es especialista en diferentes ámbitos relacionados con los conflictos intrafamiliares, la mediación y la coordinación en parentalidad. Nos atiende en su sala de consulta, en Médicos de Ronda.

“Los conflictos intrafamiliares de deben a disputas y desacuerdos entre los miembros que conviven en una misma unidad familiar. Tener un conflicto es algo normal. Lo que hace que se vuelva problemático es la duración y la intensidad del mismo ya que se puede cronificar y provocar importantes problemas de salud, tanto física como mental”, explica.

El estrés o la ansiedad pueden aparecer debido a este tipo de situaciones; también depresiones o problemas de conducta, así como dolores de cabeza o problemas intestinales, incluso diabetes, por no hablar de diferentes tipos de adicciones o conductas violentas. Los más pequeños también las sufren las consecuencias, con un gran impacto en su desarrollo social y emocional, incluidos los problemas de aprendizaje.

Gutiérrez afirma que los conflictos más comunes son los de pareja, aunque también se pueden generar entre padres e hijos, entre hermanos o con otros familiares. Cada caso, requiere de una atención diferente y el verano es especialmente conflictivo por diferentes motivos:

“Por un lado, tenemos a las familias con hijos. Los adultos trabajan, pero los menores están de vacaciones. ¿Qué hacemos con ellos?”, plantea. La psicóloga explica que la pareja debería tomar esta decisión mucho antes de las vacaciones escolares y no jugar a la improvisación llegado el momento.

Algo similar ocurre con los viajes, los cuales también afectan a parejas solteras. “¿Nos vamos de viaje, a dónde, cuánto tiempo? Puede que cada uno quiera ir a un sitio y el otro a un lugar diferente o que no haya posibilidades económicas de hacer lo que ambos deseábamos. O puede que en ese momento seamos los responsables del cuidado de una persona vulnerable, con un problema de salud importante”.

“Durante el resto del año vivimos en piloto automático y nos dejamos llevar por la rutina. Estamos tan ocupados que apenas tenemos tiempo ni siquiera para discutir en muchos casos. Pero cuando disponemos de esos días de descanso queremos disfrutarlos y puede que no coincidamos en los mismos deseos”, añade.

Es por ello que también recomienda establecer un destino con antelación y un presupuesto concreto. En caso de que compartamos nuestras vacaciones con otra unidad familiar (ya sea porque vamos con amigos o a casa de una tía), debemos tener en cuenta que cada núcleo tiene su propio sistema.

En este sentido, la psicóloga destaca que las personas deberíamos aprender a mediar y negociar desde pequeños. “Sin empatía los problemas se agravan, más aún cuando no somos capaces de expresar lo que sentimos. Por eso es tan importante la comunicación asertiva”, añade.

Se refiere a un estilo de comunicación que implica expresar tus ideas, opiniones y sentimientos de manera clara, directa y respetuosa, sin agredir ni menospreciar a los demás. Se basa en el respeto mutuo y en la búsqueda de un equilibrio entre tus propias necesidades y las de los demás.

Gutiérrez recomienda a todas aquellas familias que se encuentren en una situación delicada, a que se pongan en manos de un profesional especializado que les pueda dar las herramientas adecuadas y les ayude a resolver el conflicto.