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Ana Becerra retrata a treinta mujeres de las pedanías en su Mirada a la Memoria

Ana, de Los Prados, es una de sus protagonistas y ha sido fotografiada con un ramo de flores y una imagen en blanco y negro de su madre. // CharryTV

Este proyecto, expuesto en el Convento de Santo Domingo, ha permitido a la fotógrafa rondeña conocer las historias y los recuerdos mejor guardados de estas “mujeres hogar”

Paloma González

El Convento de Santo Domingo acoge desde el pasado viernes la exposición Miradas de la Memoria, de Ana Becerra. Este proyecto es el resultado de una actividad que la fotógrafa ha realizado con mujeres de cuatro pedanías de Ronda.

“Comenzó como un taller de fotografía que me propuso la concejala Cristina Durán en el marco del 25N, pero a mí me interesaba más la recuperación de la memoria y poder hacer un proyecto conjunto”, explica su autora.

Así es como se fue gestando esta muestra que ha permitido a la artista rondeña conocer el pasado, las referencias y los recuerdos mejor guardados de las treinta mujeres a las que finalmente ha retratado.

“Quedaba con ellas, me contaban sus recuerdos y hacíamos coloquio. Lo que más me llamó la atención es que siempre hablaban de recuerdos alegres. Normalmente miramos al pasado con cierta tristeza o nostalgia. En este caso no era así”, afirma.

Becerra ha querido dar un protagonismo especial a los objetos en esta exposición, incluidos los que portan las modelos en sus retratos. La artista considera que estos elementos funcionan como una llave con la que abrir una caja de imágenes del pasado que vienen acompañadas de sensaciones, sonidos y olores.

“Es que ellas guardan estos objetos como oro en paño, como si tuvieran alma. Además, el resto también nos podemos sentir reflejados con muchos de ellos pues son una proyección de la vida cotidiana. ¿Quién no ha tenido una taza de café o una olla con cocido en la cocina?”, explica.

Para resaltar estos objetos, Becerra ha realizado las fotografías sobre fondo negro. “Me inspiraba a partir de la anécdota que me contaban”, añade.

Un ejemplo es el de Ana, de Los Prados. Ella aparece con un ramo de flores y con una fotografía en blanco y negro de su madre, Ana Moncayo López, natural de La Cimada, vestida de flamenca con 19 años.

“Era muy guapa y muy trabajadora porque crió a seis hijos con los medios que había entonces. Recuerdo que me mandaba a la tienda con una peseta para comprar manteca colorada, con la que comíamos todos. Ella quería el bien para todo el mundo y siempre tenía flores”, nos cuenta.

Ana Belén recuerda a su abuela como una mujer “muy buena, servicial y sencilla”. Es la hija de Ana y ella también ha participado en el proyecto posando con el vestido de novia de su madre y una rama de olivo.

Las tres generaciones aparecen representadas en esta obra de Ana Becerra, la cual describe a sus modelos como “mujeres hogar”:

“Son protección cariño, inspiración, referencia y el sitio al que puedes volver; son calor, una caricia, luz… Son hogar”.