Ronda > Hermandades

La amenaza de precipitaciones provoca que El Silencio suspenda también su estación penitencial

En el interior de Santa María los hermanos de fila y penitentes han guardado un riguroso orden. // CharryTV

Santa María La Mayor acogió un impresionante Vía Crucis, por el que desfilaron cientos de personas

El Miércoles Santo se cerró sin que la Hermandad Sacramental del Santísimo Cristo de la Sangre y Nuestra Señora del Mayor Dolor pudiese tampoco realizar su estación penitencial ante las previsiones de lluvia para esta madrugada. Las farolas del casco histórico no se apagaron, ni se hizo en las calles ese silencio que sólo interrumpen el sonido de las cadenas de los penitentes y el tambor que acompaña al trono. 

Poco antes de la hora prevista para el comienzo de la estación de penitencia, se conocía la noticia. "Es lo más sensato que podemos hacer a tenor de los pronósticos", afirmaba Pablo Herrera, fiscal de la Hermandad del Silencio. Pasada la una de la madrugada comenzó a llover sobre la ciudad, por momentos con cierta intensidad, evidenciándose que la decisión de la Junta de Gobierno, que no quiso poner en riesgo su antiquísimo conjunto escultórico, fue la más acertada.

A las once en punto sonaban en una de las puertas de Santa María, junto a la plaza dedicada a la propia hermandad, los tres golpes secos que cada año marcan el inicio del cortejo. ¡Silencio! 

Inmediatamente daba comienzo el Vía Crucis. Solemne, como es característico en todo lo que rodea a esta hermandad. Sin dar pie a la más mínima improvisación. Las puertas se abrieron y cientos de fieles accedieron al templo de forma ordenada y respetuosa, perplejos ante la sobriedad y el recogimiento que se vivía en el interior. 

Ante el Altar Mayor, el majestuoso trono del Cristo de la Sangre y Nuestra Señora del Mayor Dolor, portado por 84 hermanos horquilleros, ante una nube de incienso. El consiliario de la hermandad, Salvador Guerrero, daba lectura a las catorce estaciones del Vía Crucis mientras sonaban cantos gregorianos y nazarenos de fila y penitentes guardaban un escrupuloso orden.

Unos 350 hermanos participaban este año en la estación de penitencia. En cuanto a novedades, la hermandad contaba de cara a esta Semana Santa con nuevas varas con el escudo sacramental y se había mejorado la iluminación del trono. Un Miércoles Santos diferente pero que, a pesar de los contratiempos que provocó la lluvia, volvió a vivirse con intensidad en Ronda.