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Los hermanos Guerrero se retiran tras marcar una época en el Enduro español

Los hermanos Guerrero se retiran después de haber sido referentes y pioneros en el deporte del motociclismo local // Cristóbal Guerrero

Dos de los deportistas más importantes en la historia del deporte rondeño, Cristóbal y Víctor Guerrero, ponen fin a su andadura en este deporte tras una carrera llena de éxitos

Alejandro Portillo 

Una saga de éxito que se cierra después de más de 30 años de esfuerzo, sacrificio y éxitos sobre la moto. Desde muy jóvenes, los hermanos Guerrero sintieron que las dos ruedas serían su vida. Sin embargo, los inicios no fueron fáciles: sin apoyo institucional ni patrocinadores, tuvieron que ingeniárselas para financiar sus primeras competiciones.

A pesar de los obstáculos, su pasión por el motocross los llevó a competir hasta los 18 años, momento en el que todo cambió. Fue entonces cuando Cristóbal aceptó la propuesta de un patrocinador para participar en una carrera de Enduro, y, tras ganar esa primera prueba, encontró en esta disciplina el escenario perfecto para brillar junto a su hermano Víctor.

Cristóbal Guerrero cierra una trayectoria impresionante de 32 años sobre la moto, consolidándose como una leyenda del Enduro. Con múltiples títulos nacionales e internacionales, su nombre quedará grabado en la historia del deporte. Su última competición profesional, celebrada en el II Enduro ‘Guzmán El Bueno’ en Obejo-Cerro Muriano, lo vio despedirse como subcampeón de España en la categoría Enduro 2.

Por su parte, Víctor Guerrero, tras 25 años de competición, ha demostrado un talento y profesionalismo dignos de los valores que su familia siempre inculcó. Ambos han sido los pilotos que más años han representado a la selección española de Enduro, un logro que refleja su constancia y dedicación.

La familia Guerrero ha sido un ejemplo de unión y superación. Cristóbal y Víctor recuerdan especialmente el papel crucial de su padre, también piloto, quien, pese a sufrir un grave accidente en 2009 durante el Rally Dakar, siempre estuvo presente como el principal apoyo en sus carreras.

Hoy Ronda no solo despide a dos de sus grandes deportistas, sino que celebra el legado que dejan. Gracias a ellos, el Enduro ha encontrado en la ciudad una cantera prometedora, con nombres como Pablo Lara o Víctor Corbacho, quienes buscan seguir sus pasos.

El futuro de los hermanos Guerrero aún está por escribirse, pero su huella en el deporte será eterna. Desde su ciudad natal, se les desea lo mejor en esta nueva etapa. Gracias, Cristóbal y Víctor, por llevar el nombre de Ronda a lo más alto del motociclismo mundial.