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De Andy y Pauline a Martin y Carmen, tres décadas después

La joven pareja ha tomado el relevo de los fundadores de este establecimiento, ubicado en la Estación de Benoaján.   // CharryTV

La joven pareja ha tomado el relevo de los fundadores de este establecimiento, ubicado en la Estación de Benoaján. // CharryTV

Esta la historia de Hotel Restaurante Molino del Santo, un sueño hecho realidad que comienza a finales de los 80

07 Jul 2025 - 11:21 // Charry TV Noticias

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Imagen de las obras de reforma del antiguo molino.  // CharryTV
Imagen de las obras de reforma del antiguo molino. // CharryTV

La pequeña Carmen sentada sobre uno de los trabajadores, con sus padres y resto de la plantilla a mediados de los años 90.  // CharryTV
La pequeña Carmen sentada sobre uno de los trabajadores, con sus padres y resto de la plantilla a mediados de los años 90. // CharryTV

El hotel cuanta actualmente con 18 habitaciones.  // CharryTV
El hotel cuanta actualmente con 18 habitaciones. // CharryTV

El negocio continuará siendo familiar.  // CharryTV
El negocio continuará siendo familiar. // CharryTV

La primera acción de los nuevos propietarios ha sido mejorar este espacio con vistas al nacimiento.  // CharryTV
La primera acción de los nuevos propietarios ha sido mejorar este espacio con vistas al nacimiento. // CharryTV

Paloma González

Andalucía, años 80. Andy y Pauline, un matrimonio británico, recorre el sur de España con el objetivo de encontrar el enclave para crear un pequeño hotel rural. Ambos son profesores, pero hace tiempo que sueñan con este proyecto empresarial. La opción inicial es la Alpujarra de Granada, una zona preciosa, pero muy mal comunicada. Siguen viajando hasta llegar a Ronda. Maravillosa. Sin embargo, los precios de los inmuebles en venta son elevados así que deciden volver a Inglaterra.

Un tío de la familia quiere ayudarles y pone unos anuncios en varios periódicos. Contacta con él el dueño de un viejo molino situado junto al nacimiento de Los Cascajales en la Estación de Benaoján.

Andy y Pauline visitan por primera vez el lugar en el verano de 1986. Es perfecto. No había nada igual en la zona y el entorno era espectacular. Había mucho que hacer. Su anterior propietario fue un americano octogenario, que vivía sólo y de una forma muy sencilla.

A pesar del estado de semi abandono y de la falta de recursos económicos, el matrimonio decide arriesgarse y hacer su sueño realidad. Comienzan a trabajar duro, casi sin descanso. Necesitan comenzar a recuperar el dinero invertido cuando antes. A los cinco meses, casi en tiempo récord, consiguen hacer una reforma integral y abrir las seis primeras habitaciones en 1987. 

Comienzan a llegar los primeros clientes, la mayoría extranjeros, que están encantados con la experiencia. Al acabar el verano, deciden cerrar para seguir haciendo mejoras con una parte de las ganancias.

Poco a poco van ampliando los servicios y contratando a vecinos de Benaoján y empresas de la zona hasta convertirse en uno de los establecimientos hoteleros más importantes de la comarca. Y es que el deseo de Andy y Pauline no sólo se hace hizo realidad, sino que supera las expectativas.

Actualmente Molino del Santo cuenta con 18 habitaciones, piscina privada, bar-restaurante y una terraza para celebraciones. El hotel cuenta con una plantilla de más de una quincena de personas, muchas de ellas con una antigüedad de varias décadas.

“No me arrepiento para nada. Fue duro al principio, pero nos sentimos muy satisfechos y orgullosos. Soy una privilegiada y volvería a hacerlo todo igual, sin duda”, afirma Pauline, sentada en una de las mesas de la terraza.

Ya se han jubilado, pero tienen relevo. Carmen, la hija mayor del matrimonio, ha decidido coger el testigo y tomar las riendas junto a su pareja, Martin, un joven noruego.

Ella conoce el hotel a la perfección porque ha sido su casa. Él, noruego, apenas habla español, pero se ha adaptado estupendamente. De hecho, fue Martin el que animó a Carmen a continuar con el proyecto de sus padres.

“Yo adoro este lugar, es donde me he criado, pero no estaba en mis pensamientos ponerme al frente. Sí es cierto que, desde pequeña, tanto mi hermana como yo, hemos sentido esa presión, aunque acabé formándome y trabajando en un campo que nada tiene que ver con el turismo en Londres”, explica.

Casualidad o destino, ambos han iniciado esta nueva etapa con la misma edad con la que comenzaron Andy y Pauli e igual de convencidos del potencial y de los recursos que ofrece Molino del Santo.

“Cada vez me costaba más irme de aquí. Tenía la necesidad de volver y tengo 100% fe en este producto. Los trabajadores son parte de mi familia. Junto a ellos y los conocimientos y la experiencia de mis padres, sé que podremos hacerlo”.

“Que trabaje mucho. Ese es el consejo que le doy a Carmen. Pero confío en ella. La historia de Molino del Santo no ha acabado”, afirma Andy.

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