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Renacer treinta años después

Imagen de archivo de la asociación en las antiguas instalaciones. // CharryTV

La Asociación de Mujeres de Montejaque, con más de 150 socias a lo largo de su historia, celebrará este 2025 su trigésimo aniversario

Paloma González

2025 va a ser un año especial para la Asociación de Mujeres Renacer ya que este colectivo de Montejaque cumple 30 años. Tres décadas llenas de actividades, talleres y viajes. Tres décadas de acompañamiento, comprensión, aprendizaje, superación y convivencia.

“En 1994 había una asistente social, Maribel, con la que yo tenía mucha amistad y me habló de una subvención que se había concedido al Ayuntamiento y que, si no hacíamos nada, se tendría que devolver. Así que organizamos exposiciones, juegos y una actividad de fotografía. Participaron muchas mujeres y fue entonces cuando vimos la oportunidad de crear una asociación”, explica María Rosa Esteban, su presidenta.

Ella ha estado al frente del colectivo todo este tiempo. “El cargo no lo quiere nadie, aunque yo no lo considero así. Yo creo que son servicios que se hacen, en este caso para las mujeres del pueblo. No obstante, aquí la gente colabora. Quieren que siga llevando la responsabilidad, pero también me ayudan muchísimo y participan en todo lo que se organiza”, asegura.

La asociación tuvo una primera sede en el inmueble donde hoy se encuentra el auditorio municipal. Al comenzar sus obras se quedaron sin un lugar donde reunirse y fue un par de años después cuando instalaron en la plata superior del edificio del Hogar del Jubilado, compartiendo espacio con la Asociación Batalla de La Puente.

Actualmente quedan 31 socias, pero han formado parte de Renacer más de 150. “Muchas ya no están en este mundo. Cuando la creamos, la mayoría de nosotras éramos de mediana edad, pero ya algunas incluso han fallecido y a las jóvenes no les entusiasma lo que hacemos”.

Al igual que en otros muchos colectivos de este tipo, el relevo generacional sigue siendo problemático, aunque Rosa no pierde la esperanza de que continúe muchos años más y que su nombre sea símbolo de una nueva etapa.

La mayor parte de su tiempo la dedican a hacer trabajos artísticos manuales, especialmente de pintura – tejas, botellas de cristal, cuadros, espejos, manteles, etc. – pero también organizan viajes, talleres, conferencias y eventos a los que se suma mucha gente que no forman parte de la asociación.

Aunque tras a la pandemia hubo mucho miedo y costó volver a la normalidad, han vuelto a hacer sus meriendas y han incorporado a vecinas que se han instalado hace poco en el pueblo y que están encantadas con la asociación:

“¿Sabes lo que cuestan unas clases de pintura en Torremolinos, apuntarte a un gimnasio o realizar cualquier otra actividad? Esto es calidad de vida y yo ellas son majísimas y siempre están haciendo cosas. Apenas llevo un año, pero esto es una maravilla y recomiendo a todas las jubiladas que estén solas en una ciudad que se vengan”, apunta Emi.

Con motivo de su treinta aniversario, van a organizar un evento en el marco del Día de la Mujer con merienda, baile y otras actividades a las que esperan que acudan todas las mujeres del pueblo.