La pedagoga rondeña Marina Pan Pérez va a presentar este sábado en Cafetería La Tribu Coffee & Play su cuento “Alas”. Se trata de su primera obra infantil, la cual vio la luz el pasado mes de octubre y que está tenido una estupenda acogida en la ciudad.
Editada por Apuleyo, narra la historia de Iris, “una pajarita que deslumbraba al pasar. Hasta que conoció al cuervo, que, disfrazado de encantador y emocionante, la engañó para que dejase de volar, se hiciera más pequeña y perdiese su brillo. Iris ha de encontrar la manera de escapar de su propia jaula, y de volver a ser la radiante pajarita que era antes de conocer al cuervo”.

Su autora asegura que hay mucho trabajo detrás de esta obra. De hecho, comenzó a escribirlo hace tres años, aunque utiliza este tipo de expresión artística como herramienta comunicativa.
“Además de ser maestra desde hace muchos años, soy madre y a través de los cuentos podemos hablar de muchos temas que son necesarios tratar con los niños”, explica. En Alas, por ejemplo, se tratan aspectos como la autoestima, el respeto o las relaciones tóxicas, entre otros, y cuenta con una guía con preguntas que permita a menores y adultos reflexionar sobre estas cuestiones.
El cuento también nos invita a la reflexión a través de otros mecanismos. “No se ve el rostro de los personajes porque los niños nos pueden dar mucha información por las cosas que imaginan y es interesante saber cómo lo visualizan”, añade.
De igual forma, se ha cuidado el color y la iluminación para que no fuese demasiado estimulante y agradable a la vista de personas más sensibles. “Pensé mucho en el colectivo de personas con el que trabajo. Mi especialidad es la pedagogía terapéutica y he tenido en cuenta a mis alumnos”, destaca.

Asimismo, se ha incluido un código QR que nos permite acceder a un formato de audio del cuento, narrado por la propia autora. En este sentido, Marina Pan recuerda una anécdota muy especial para ella que ocurrió en la primera presentación:
“Vino una alumna mía del cole, del Virgen de la Cabeza, que no lee absolutamente nada. Como yo conté sólo la mitad y ella le pidió prestado el cuento a una señora que ya lo había comprado. A continuación, se fue a unas escaleras a leer el final. Ahí me dije a mí misma que el trabajo estaba bien hecho”.
Aunque tiene muchas ideas en su cabeza para próximos proyectos, ya se siente afortunada y orgullosa de lo que ha conseguido con Alas. “Mi primer objetivo era compartir con mis hijos una experiencia bonita. Si encima les está gustando a otros niños, ya me doy por satisfecha”, afirma. El cuento se puede adquirir a través de diferentes plataformas, incluida la web de la propia editorial, así como en varias papelerías y librerías rondeñas.





