Paloma González
“Mucha gente desconoce la amistad que existía entre Pablo Picasso y Joaquín Peinado”, asegura Rafael Valentín, responsable de Artes Plásticas de Fundación Unicaja.
El Museo Unicaja Joaquín Peinado, ubicado en la plaza del Gigante, cuenta en uno de los pasillos de acceso al patio abierto con una gran imagen de ambos artistas. Se trata de una fotografía tomada durante una visita que el rondeño hizo a Picasso en el año 1963.
Justo al lado, se ha recreado la mano que dibujó el malagueño para Peinado en 1939. Joaquín Ruiz-Peinado Vallejo vio por primera vez la obra de Pablo Ruiz Picasso en las aulas de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y de inmediato quedó maravillado.
Aunque ya habían coincidido anteriormente, es a comienzos de los años 20, en París, cuando la admiración desencadena en una gran amistad.
Este es uno de los motivos por los que el Museo Unicaja Joaquín Peinado conserva una parte de la obra de Picasso. Son alrededor de una treintena, entre cuadros, grabados y piezas de cerámica.
Entre ellas, destacan los Arlequines, uno de sus mosqueteros imaginarios, Dánae recibiendo la lluvia de oro y varias cerámicas. Todas ellas están expuestas de manera permanente en una sala dedicada al artista malagueño.
“Muchas de ellas están expuestas en el Museo Picasso Málaga, pero en diciembre volverán a Ronda”, ha explicado Valentín.






