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Bares, qué lugares...

Los bares cerraron sus puertas hace ya 40 días  // CharryTV

Los bares cerraron sus puertas hace ya 40 días // CharryTV

Artículo de opinión de Manolo Guerrero

23 Apr 2020 - 15:52 // Charry TV Noticias

Manolo Guerrero

Además de la crisis sanitaria y de tener que asumir no poder siquiera despedirnos de gente que sobrevivió a una guerra, la pobreza y otros males, de no poder dar el último adiós a los que levantaron nuestro país con su sudor, el estado de alarma y el cierre de cientos de comercios de la ciudad está creando una situación muy delicada para un sector del que viven muchísimos rondeños. 

Empresas que siempre se volcaron con las causas sociales y que tanto han ayudado a mantener vivas nuestras tradiciones y fiestas populares. Los bares y restaurantes, que por su buen hacer también han sido claves en que se nos conozca en todo el planeta por mucho más que monumentos, la riqueza natural del entorno o nuestra cultura.

En estos días tan raros de trabajo estoy echando muchas cosas de menos, sobre todo no poder ver a familiares y amigos. Y también costumbres que en tiempos normales parecen insignificantes y que, transcurridos 40 días de confinamiento, te das cuenta de que no lo son.

Echo de menos tomarme un café con un bocadillo en el Romero y plantear la mañana de trabajo. Las visitas de amigos de fuera con los que compartir un atardecer en la terraza del Hotel Catalonia Ronda con una cerveza. El mensaje de WhatsApp de justo antes de salir de trabajar después de una jornada de interminables calentamientos de cabeza que acaba con una reunión casi improvisada en una barra que te hace despejar tu mente a los cinco minutos.

Echo de menos las risas, compartir momentos con los míos, el tapeo de mi pueblo. Tengo ganas de que Benito y su gente me pongan una chapata de carrillada gratinada en Tragatá, de unas bravas del Bifana, de una hamburguesa de rabo de toro en el Casa Mateos, de churros de La Molienda, de conchas finas y pescaíto de Javi en el Bar Andaluz, de un semáforo de Juan el de Los Caracoles, de ensaladilla del Camelot, de los bollitos de Paco el de La Bodeguita, de masa frita del Berlanga, de una palmera de Daver, del café de primera hora de la tarde de Carlos el de La Quinta, de echar un rato de cante con los Pascuales en el Quinto Tramo, de pasar por El Lechuguita y que salga Gema y me diga lo de siempre, de ver lleno de coreanos El Convento, de disfrutar de las terrazas de Blas Infante, de salir a dar un pateo por el campo y terminar comiéndome unos huevos con jamón en La Parrilla o un codillo en la Venta La Higuera, de almuerzos en El Polvorilla en los que le digo a Ani que seremos cinco y acabamos siendo el doble.

Tengo ganas de recibir la llamada de amigos pidiéndome recomendaciones, mandarlos al Luciano, el Carmen la de Ronda, el Pedro Romero, el Bar Jerez, La Niña Adela, Voltasur, el Don Javier o el Lourdes y que me escriban al rato para decirme lo bien que se come en mi pueblo.

De ir a tomarme una copa al Drinks & Co. y encontrarme a gente que está fuera y a la que no veía desde hacía meses hasta que llegue Rocío y me diga: "venga, que tenemos que cerrar". De echar un rato de charla con Pedro el del Gin&T, con Antoñete en el Dulcinea, con Arturo el del Nevada o de llegarme a ver a los Espejo en La Bolera y escuchar batallitas, de hablar del Betis con Paco en el mesón del Cuartel de La Legión.

Tengo unas ganas locas de ir a estos y a otros muchos establecimientos de los que creo que poca gente se está acordando en esta crisis. Especialmente a dos que acababan de abrir sus puertas cuando comenzó todo esto: el bar Las Hermanas, en la barriada de La Feria y el nuevo proyecto de José Manuel López con El Escudero en la antigua Venta El Mirador. Emprender en condiciones normales tiene un mérito enorme. Y es un palo inmerecido tener que bajar las persianas del negocio en el que te has volcado por algo imposible de predecir y que no depende de tu gestión. 

Los bares son un símbolo de la cultura popular de Ronda, un referente por sus precios y la calidad de sus productos a nivel mundial y un pilar para nuestra economía. Y tienen un presente oscuro y un futuro muy incierto, por lo que esta vez nos tocará a nosotros intentar ayudarlos cuando todo esto acabe. Vaya desde aquí mi reconocimiento por la impagable y sufrida labor que lleváis realizando durante tantos años. Bares, qué lugares... 

Comentarios

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Juan poyato
Gracias un millón de gracias por estas palabras tan bien escritas ,me emociono y las agradezco en momentos como estos k como tu bien dices son tan inciertos ,os echamos mucho de menos,un abrazo muy grande
23 Apr 2020 - 23:52
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