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El rondeño Braulio Codes rescata un lagarto ocelado

Codes ha evitado que el animal, que podría haberse desubicado por el temporal, sufra un atropello al encontrarse fuera de hábitat. // Braulio Codes

Codes ha evitado que el animal, que podría haberse desubicado por el temporal, sufra un atropello al encontrarse fuera de hábitat. // Braulio Codes

El reptil, una especie en peligro de extinción, se encontraba atrapado debajo de un coche aparcado en la Barriada de San Rafael y podría haber sido atropellado

06 Nov 2020 - 13:16 // Charry TV Noticias

María José García

Braulio Codes es un rondeño de 31 años, conocedor de distintas especies de reptiles desde que tenía tres años, según cuenta él mismo. Esta misma mañana, pasadas las 9:30 de la mañana, varios vecinos han identificado a un lagarto ocelado, especie en peligro de extinción, que se encontraba atrapado bajo la rueda de un coche, aparcado en la Barriada de San Rafael en las inmediaciones del Colegio Martín Pinzón. 

“Nací y me crié en el campo, y desde los tres años cojo serpientes, lagartos y todo tipo de animales”, relata Codes, a quien varios vecinos han decidido llamar al hallar al animal.

Sin dudarlo, se ha decidido a rescatarlo y a llevarlo a un entorno rural, ya que el medio urbano es un escenario hostil para el reptil, como asegura el biólogo rondeño Andrés Rodríguez, quien ha agradecido encarecidamente el gesto del joven al ponerlo a salvo a tiempo.

“Es muy posible que este animal haya vivido en verano en una zona cercana a los alrededores de Ronda y esté intentando buscar ahora un sitio donde pasar el invierno y cobijarse durante esta época, en la que pierde casi totalmente la actividad. No son como nosotros, que mantenemos activo el metabolismo y la energía de lo que comemos, ellos obtienen la energía del sol y aparte de alguna poca energía que cogen de los alimentos”, argumenta Rodríguez.

Como explica el biólogo y naturalista, “los lagartos ocelados son algo mayores que los verdes y destacan porque tienen en los laterales, en la zona que correspondería al cuello, tiene dos manchas u ocelos, azuladas. Si los sacan de su medio o si los molestan pueden tener un comportamiento agresivo y pueden morder, pero no van a inocular veneno, porque no tienen”. 

“Están considerados en peligro de extinción porque su número ha disminuido en el último año. Es un reptil que come muchos insectos, algunos de ellos perjudiciales para huertos y plantaciones, por lo que tener a uno cerca es indicativo de que los cultivos goza de buena salud”, ha añadido Rodríguez. 

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