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Denuncian en Ronda una supuesta agresión sexual a dos niños de 7 y 10 años de edad

Ana Belén Avilés y José María Benítez, padres de los dos niños.  // CharryTV

Ana Belén Avilés y José María Benítez, padres de los dos niños. // CharryTV

La juez dictó en diciembre de 2012 una orden de alejamiento para el presunto agresor a la espera de que se resuelva el caso

28 Aug 2013 - 20:40 // Charry TV Noticias

Ana Belén Avilés ha decidido hacer público el horror en el que vive su familia desde que ella y su marido se percataron de que dos de sus tres hijos, de siete y diez años, estaban siendo víctimas de una supuesta agresión sexual por parte de un allegado.

La mujer, de 28 años de edad, acudió el 7 de diciembre de 2012 a la Comisaría de Policía de Ronda para denunciar los hechos junto a su marido, José María Benítez.

La madre explicó que “nos dimos cuenta de lo que estaba pasando porque los niños tenían una actitud que extraña y comenzaron a hacer cosas que no nos parecían normales”. Asimismo, Ana Belén reconoció que “no sabíamos el motivo de ese comportamiento y les dijimos que esas cosas no se hacen”.

Según se expone en la denuncia a la que ha tenido acceso Canal Charry, uno de los menores preguntó a sus padres "cuestiones impropias de su edad. Posteriormente los pequeños terminaron confesando que un amigo de la familia, con quien pasaban mucho tiempo y dormían en ocasiones, les había realizado tocamientos".

La relación de los padres de los niños con el supuesto agresor se estrechó hace tres años, ya que según apuntó Ana Belén “llegó incluso a acogernos en su casa porque estábamos pasando una mala racha económica”. Además, la mujer señaló que “no vivíamos con él pero sí pasábamos mucho tiempo en su domicilio e incluso compartíamos gastos”.

Ante la denuncia que interpuso la madre, la juez Judith Sáiz, Titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2, dictó una orden de alejamiento de 300 metros para el presunto agresor, de 29 años y natural de Ronda, a la espera de que se celebre el juicio.

Según explicaron los padres, “los niños no están bien. Al pequeño le cuesta dormir y el mayor está con la cabeza hecha un lío”, una situación por la que están recibiendo atención psicológica, precisaron sus progenitores.

En conversación mantenida con el presunto agresor, éste ha manifestado que "no realizaré declaraciones por el momento y lo que tenga que decir lo dirá mi abogada", concluyó. 

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