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El Pub Nevada echa el cierre a 30 años de historia

El Pub Nevada ha constituido durante años un punto de encuentro para los jóvenes rondeños que decían sentirse allí como en casa, en parte por la amistad que les unía a su gerente Arturo. // CharryTV

La debacle económica que la pandemia ha provocado en el ocio nocturno obliga a Arturo Flores, su gerente durante 14 años, a cerrar las puertas del emblemático local

María José García

Sus míticas cocteleras, su característico olor a pipas al acceder al pequeño local pero, sobre todo, las anécdotas e historias compartidas y la complicidad del que ha sido su gerente durante los últimos 14 años, Arturo Flores, son los recuerdos grabados a fuego en la retina de sus fieles parroquianos y asiduos del Pub Nevada.

Tras hacerse un nombre en la noche rondeña de los últimos 30 años, Flores se ha visto obligado a tomar la dolorosa decisión de echar el cierre ante el endurecimiento de las restricciones que afectan al funcionamiento de establecimientos de este tipo, y que decretan el cierre de pubs que solo sirvan bebidas, hasta que pueda controlarse el rumbo de la pandemia de COVID-19.

“Cualquiera que tenga un negocio sabe que acarrea unos gastos altos todos los meses y las perspectivas de apertura son complicadas. Los que conocen el Nevada saben que es un local pequeño, el aforo tampoco es demasiado alto, y encima es un local alquilado. He tomado la difícil decisión, porque ya no era solo un negocio, es parte de mi vida y de muchos otros parroquianos”, admite el gerente de uno de los pubs más transitado del ocio nocturno en la ciudad.

A los condicionantes económicos se suman las limitaciones sociales que las circunstancias sanitarias imponen.

“Todos sabemos que irte de pubs y de discoteca es para estar cerca. A todos nos gusta ir a los pubs y que estén llenos hasta la bola, cuantos más quepan más queremos entrar. La gente joven sale a conocer gente, a intimar… Y todo eso ahora mismo no es posible. Cuando dieron la oportunidad de abrir con 40% de aforo no lo dudé, tenía claro que no podía abrir porque iba a ser un problema continuo, y generarme cargas morales aparte de que económicamente no sería rentable”, reconoce el gerente.

En octubre de 2006 Arturo Flores tomó el relevo de Sebastián Robles al frente del Nevada, y desde entonces ha sido testigo de una gran evolución, tanto en el perfil de la clientela, como en los hábitos de consumo de los jóvenes.

“Cuando yo empecé la calle Jerez era la calle de la marcha por antonomasia de Ronda: Bourbon, Templo, Qué me dices, Niágara, La Quinta, Bolera, Cotton, Matador, Nevada… A lo largo de los años todos fueron cayendo porque la zona de marcha se trasladó a Calle Los Remedios y zona de la discoteca Bambora que es lo que está de moda. Hemos pasado de tener a gente joven que salía del botellón, después iban allí y de allí a la discoteca; a una clientela que lo que hace es alejarse de la zona de marcha: chavales que han ido allí con 18, 19 y 20 años y ahora tienen 30 y allí se sienten como en casa”, analiza Flores.

Tras casi tres lustros detrás de la barra, Arturo se queda con las amistades que ha hecho y con las aventuras vividas entre las cuatro paredes del Nevada, cuyo nombre, recuerda, ha dado la vuelta al mundo: “Unos chavales vinieron de Australia y me vieron con la camiseta típica del Nevada, el torito y la luna, la camiseta negra que siempre hemos utilizado. Les tuve que dar 14 camisetas y me mandaron una foto de Sídney y los 14 con sus camisetas”.

Al ser preguntado sobre una posible reapertura, Arturo reconoce: “Emocionalmente me gustaría que fuese un hasta luego”, y concluye: “Ojalá pueda volver, para mí sería una alegría, y la mayor alegría sería que ya hemos pasado la terrible pandemia que estamos pasando”.