Ronda > Sociedad

Suegra y yerno superan el COVID-19 con dos días de diferencia

Jaime Banderas y Pepi Jiménez, yerno y suegra, se recuperan en casa de una neumonía tras haber vencido al COVID-19. // CharryTV

Jaime Banderas y Pepi Jiménez, yerno y suegra, se recuperan en casa de una neumonía tras haber vencido al COVID-19. // CharryTV

Pepi Cabrera, hija y esposa de los afectados, narra cómo la familia ha vivido en primera persona el proceso de la enfermedad hasta que ambos dieron negativo

17 Apr 2020 - 11:48 // Charry TV Noticias

María José García

Hace un mes, la rondeña Pepi Cabrera no imaginaba la odisea personal que viviría en estas últimas semanas, cuando su marido Jaime Banderas y su madre Pepi Jiménez dieron positivo en la prueba del COVID-19. Hoy ambos, con el alivio de estar de vuelta en casa tras un prolongado ingreso en el Hospital Comarcal, se recuperan de una neumonía, él con nueve kilos menos y ella habiendo perdido siete kilos. 

El lunes 16 de marzo ambos se sentían indispuestos: la madre de Pepi refería síntomas de resfriado, mientras que Jaime decidió tumbarse un rato al llegar del trabajo por un intenso dolor de cabeza. Ambos comenzaron a tener unas décimas de fiebre y malestar general, pero no tenían tos o disnea (dificultad a la hora de respirar).

“Los primeros días, sus médicos de cabecera desde Salud Responde hacían un seguimiento diario de sus síntomas. En casa mi marido debía comer en una habitación aparte, teníamos que desinfectar el baño cuando lo usaba, y en su casa mis padres debían seguir el mismo protocolo de distanciamiento y desinfección de forma preventiva”, explica Pepi.

Tras una semana en la que no había mejoría, la madre de Pepi, de 63 años, acudió a Urgencias el domingo 22 de marzo, como cuenta Pepi: “Ella tuvo neumonía el año pasado, y no tiene patologías de base, aunque debe tener mucha precaución porque su madre solía padecer muchas neumonías. Cuando le hicieron las pruebas, el resultado de la placa no era muy claro, pero como el cuadro de síntomas no parecía grave, la mandaron a casa. Ya el miércoles 25 de marzo volvió porque se sintió peor y ese día sí que le salió la placa alterada”.

Ese miércoles la madre de Pepi ingresa con síntomas de neumonía bilateral, y los resultados de las pruebas parecían indicar que se trataba de coronavirus. 

“Ese momento fue muy duro, porque yo ya llevaba con mi marido en cama, en casa, siete días. Ves que no puedes acudir, y como mi padre estaba solo yo lo llamaba continuamente, además él tiene problemas de corazón y es muy activo emocionalmente. No obstante los trabajadores del hospital se portaron muy bien con él haciéndole compañía”, relata Pepi, quien añade que intentó que su hermana viniera desde Córdoba para estar con su padre, pero los sanitarios lo desaconsejaron, ya que tanto Pepi como su padre debían continuar con el aislamiento domiciliario, y debían reducir al máximo el contacto social.

La situación se complica el 27 de marzo, cuando la madre de Pepi da su primer positivo por COVID-19 e ingresa Jaime, que la noche anterior había empeorado y comenzó a tener una intensa tos, por lo que la ambulancia lo llevó hasta el hospital.

“Mi marido ingresó con el oxígeno en sangre muy bajo. Él se extrañaba porque es muy deportista, no fuma y días antes decía que tenía que entrenar para los 101 Kilómetros. Yo sentí alivio cuando se lo llevaron porque sabía que quedarse en casa no era suficiente”, señala Pepi, quien añade que su marido es alérgico a varios medicamentos, por lo que su recuperación es más lenta.

Al mal trago de tener a su familia más cercana en el hospital con coronavirus, Pepi, su hija Lola de 10 años, y el padre de Pepi, Antonio, debían afrontar desde sus respectivas viviendas un confinamiento estricto al haber estado en contacto con pacientes que habían dado positivo en el virus, requiriendo la ayuda de otros familiares, vecinos y tenderos locales para abastecerse de comida y fármacos.

“Los primeros días los dos lo pasaron muy mal, porque les sentó muy mal el medicamento del COVID-19, y los días en planta, desde habitaciones contiguas, se les hacían eternos. Además no se parecía a nada que hubieran vivido antes, les resultaba muy extraño comunicarse con el personal sanitario que llevaban los EPIS (Equipo de Protección Individual) y muchas veces no sabían quién estaba hablando detrás de esa máscara”, narra la rondeña.

El pasado 11 de abril, después de 15 días de ingreso hospitalario, Jaime obtuvo el alta, tras lograr en su segundo test un primer negativo. Por su parte, la madre de Pepi concluyó su ingreso el pasado lunes, después de que su tercer test, tras dos positivos, diera negativo.

El cumpleaños de Lola, al igual que el de su abuelo materno Antonio, fue el 15 de abril, y pudo celebrarlo como deseaba: desayunando huevos fritos con bacon y con su padre en casa. Pepi cuenta que cuando Jaime estuvo de vuelta, Lola le dio un fuerte abrazo y estuvo callada largo rato. 

La rondeña sostiene que su hija la ha sorprendido gratamente durante este duro proceso, manteniéndose positiva y animando a su madre proponiéndole recetas, clases de yoga, juegos de humor y haciendo manualidades y pancartas con mensajes alegres.

“Esto es una lección de vida para todos, y espero que tengamos memoria porque hay mucho que hay que cambiar. Muchas cosas que antes nos preocupaban han dejado de tener importancia, así que espero que no perdamos toda esa solidaridad y ese acercamiento que se ha despertado con esta situación. Creo que cuando salgamos y empecemos a volver a la normalidad, cada persona que salga de su casa lo va a hacer como una persona diferente, que viviremos de otra forma”, asevera Pepi.

Pepi no quiere desaprovechar la oportunidad de trasladar la inmensa gratitud que tanto su marido como su madre sienten hacia el trato que los sanitarios les han brindado: “Ellos te dan esa parte afectiva que te falta, hablando contigo, y cuando a mí me llamaban y las noticias no eran muy buenas te lo decían de forma que te quedaras tranquila. Tenían esa cercanía, y dice mi madre que hablar con ellos era el momento más bonito del día. Tenemos un personal en el hospital muy bueno, desde el primer profesional hasta el último”.

La rondeña finalmente apela a la responsabilidad civil para que, a título individual, no descuidemos las recomendaciones sanitarias.

Comentarios

Escribir Comentario Nombre: Email: Comentario:
Beli amiga
Pepi me alegro mucho que ya estés en casa eres muy fuerte y pronto estarás recuperada muchos besitos y ánimo
Pepi también me alegro que tu marido Jaime estoy bien gracias a Dios ya pasó todo ahora a recuperar y disfrutar todos juntos besitos para todos
17 Apr 2020 - 23:52
Desarrollo y Diseño Web Sevilla Andrés Ramírez Lería