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“Cuando llegan al médico tras una hora andando, sonriendo, hace que quieras hacerlo bien”

A la derecha, el enfermero rondeño José Antonio Sánchez en una de sus misiones internacionales. // José Antonio Sánchez

A la derecha, el enfermero rondeño José Antonio Sánchez en una de sus misiones internacionales. // José Antonio Sánchez

El enfermero rondeño José Antonio Sánchez trabaja desde 2010 en Médicos Sin Fronteras y ha acudido a misiones en República Centroafricana, el Congo y Camerún entre otros destinos

27 Dec 2019 - 20:06 // Charry TV Noticias

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Entrevista a José Antonio Sánchez, enfermero de Médicos Sin Fronteras // CharryTV

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Sánchez ha desarrollado su trabajo en países en los que le conflicto es patente. // José Antonio Sánchez
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La población civil se enfrenta al aislamiento de los servicios públicos por las malas comunicaciones. // José Antonio Sánchez
La población civil se enfrenta al aislamiento de los servicios públicos por las malas comunicaciones. // José Antonio Sánchez

María José García

El enfermero rondeño José Antonio Sánchez, decidió probar a tener una experiencia humanitaria con Médicos Sin Fronteras (MSF) en 2010: “Probé seis meses, me enganchó y ya llevo diez años”. Ahora trabaja como coordinador médico en Camerún, y esa inquietud por desarrollar parte de su profesión en misiones internacionales le ha llevado además por otros países africanos como Níger, su primer destino; República Democrática del Congo, República Centroafricana o Sudán del Sur.

“Cuando empecé a trabajar en el Hospital de Madaoua, en Níger, teníamos 150 niños admitidos en el Hospital y cada noche morían 10 o 12 niños”, narra Sánchez a Charry TV. “Aquello era un choque en la ética médica propia de haber venido de un hospital como en España, Francia o Europa, donde las condiciones hacen que los niños no se mueran”. Fue precisamente la necesidad de la población lo que motivaba a este enfermero en su trabajo diario.

“Aquí, por ejemplo, vas al médico de cabecera y si esperas 20 minutos ya estás tardando mucho. Allí la gente puede andar una hora para llegar al médico, y viene con una sonrisa, y hace que te den ganas de hacer bien las cosas, de intentar hacerlo lo mejor posible para que esa persona reciba el tratamiento de calidad que podrías recibir aquí, y de forma gratuita”, admite el sanitario.

Los países africanos a los que MSF destina su personal, por lo general, suelen ser países en conflicto. Sin embargo Sánchez defiende las “estrictas medidas de seguridad” que protegen al personal sanitario, así como la neutralidad que vertebra los principios de la entidad, y que le permite atender a víctimas de cualquier bando implicado en un conflicto bélico.

“Todos estos conflictos en países africanos tienen detrás un país occidental que está favoreciendo a un bando o a otro. En Yemen, las armas que están matando a niños y mujeres y soldados, muchas de ellas, vienen de España”, afirma el enfermero.

El rondeño explica que el propio personal de la organización recibe formación específica sobre las patologías más frecuentes de la zona y, a su vez, los sanitarios forman a otros con menos recursos para que puedan afrontar enfermedades comunes. En el caso de Camerún, como la malaria, infecciones respiratorias o diarrea. Una labor que se hace especialmente complicada en zonas donde se da una guerra de forma activa y hay regiones que quedan aisladas. 

“Las comunidades se quedan aisladas por razones de seguridad, y en ellas no tienen acceso a ninguna estructura sanitaria y se identifica a personas a las que formar para que hagan como los antiguos practicantes, que tenían un nivel médico mínimo”, argumenta Sánchez.

Al ser cuestionado sobre la percepción social de la inmigración, Sánchez se muestra contundente: “Se habla mucho de cortar fronteras de que la gente no venga, y eso es taparnos los ojos y que el problema lo tengan otros. Sé que es difícil aceptar la inmigración, porque mucha gente se queja de que nos quitan el trabajo, pero hay que abrir un poco más la mente. Vivimos en Ronda, España, Europa…Pero hay un mundo más allá, de gente que lo está pasando muy mal, y que se mete en un barco para cruzar el Mediterráneo sin saber nadar o a dónde van. Si nos pusiéramos en el papel de esa persona sería más fácil ver por qué arriesga tanto”.

En unos meses, Sánchez volverá a Camerún para retomar varios proyectos que MSF puso en marcha en aquel país: 

“Comenzamos la intervención de una epidemia de cólera, en una zona muy aislada cerca de Nigeria, cuando vuelva espero que hayamos podido acabar con ella. Y dejamos el equipo trabajando en una campaña de vacunación contra el cólera. Cuando vuelva seguiremos haciendo el soporte a hospitales, comunidades, sistema de referencia con ambulancias… En estos países durante la época de conflictos no se hace el programa de vacunación y empiezan a aparecer pequeños brotes de sarampión, enfermedades que se pueden prevenir con vacunas. Estas enfermedades necesitan una respuesta rápida porque provocan mucha mortalidad”, concluye.

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