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Danza Invisible presenta en Ronda su último disco

El grupo malagueño presenta en el Teatro Espinel su último disco, Tía Lucía.  // CharryTV

El grupo malagueño presenta en el Teatro Espinel su último disco, Tía Lucía. // CharryTV

Los malagueños actuarán en el Teatro Vicente Espinel el próximo día 15 a las 21:30 horas.

05 Apr 2011 - 21:01 // Charry TV Noticias

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Danza Invisible - No Quiero Bailar (Youtube). // CharryTV

El legendario grupo de pop malagueño Danza Invisible presentará en nuestra ciudad el próximo viernes día 15 a las 21:30 horas en el Teatro Municipal Vicente Espinel su nuevo disco, "Tía Lucía". Las entradas ya pueden adquirirse al precio de 12€ en el Pub Central Corner y en la Casa Municipal de la Cultura y a 15€ en taquilla, el mismo día del concierto.

"Tía Lucía" era el nombre de la pizzería donde Danza Invisible iban a tomar algo a la salida de los ensayos. Allí siempre tenían puesta una emisora donde sonaban éxitos del momento: temas de Smokey Robinson, Blondie, K.C. & the Sunshine Band, Michael Jackson, Springsteen, The Cars, Hall & Oates, B-52’s, etc. También de vez en cuando se dejaban caer temas de cantautores como Roque Narvaja o Hilario Camacho, nada de “la movida” ni similar.

“Tía Lucía” es realmente un homenaje a la radio del pasado, a aquellos temas que sonaban incesantemente en su juventud, que además de ser grandes éxitos eran buenas canciones. De esta inspiración surgió su nuevo álbum, con versiones de temas rock, soul y pop, que abarcan el periodo entre 1979 y 1989, con una inmensa mayoría de material americano. Estas canciones recuerdan a ese Torremolinos kitsch, pero auténtico, que desapareció hace muchos años, y se han transformado como por arte de magia al sonido de Danza Invisible.

Anteriormente, en la época de “En equilibrio” (1998), Danza ya intentó hacer un álbum de piezas ajenas. El proyecto se frustró, en parte, por una falta de concepto, con una selección de canciones que era cada una de su padre y de su madre. Por tanto, era una cuenta pendiente que tenía la banda y que ahora deja saldada, y que explica también por que no regresan con material nuevo después de tanto tiempo.

El primer planteamiento de “Tía Lucía” fue darle ese concepto que faltó anteriormente. Para ello se empezó con acotar en el tiempo las piezas seleccionadas, coincidiendo con la adolescencia y primera juventud del grupo. Igualmente se revisaron las canciones que habían sido éxitos en la radio de ese periodo, en parte para reivindicar el poder de ese medio como creador de una banda sonora personal.

“Pensamos que era un bonito reto enfrentarnos ahora a estas canciones. Son todos temas por los que sentimos mucho cariño, aunque no necesariamente son de nuestros artistas favoritos. Puede que por ello hayamos sido capaces de darles nuestra peculiar visión, llevarlos a nuestro terreno. Hay soul, pop y rock, estilos de nuestro agrado y en los que nos sentimos cómodos.

Aunque no ha sido un camino de rosas alcanzar la selección: el hecho de querer hacer todas las canciones en nuestro idioma se ha topado en muchas ocasiones con impedimentos legales que han hecho imposible realizar muchas adaptaciones. Por eso finalmente completamos el disco con dos canciones que se escapan ligeramente de las coordenadas mentadas. Se trata de “En este sitio solitario” (“In a lonely place”) de los Smithereens, que nunca fue un gran hit salvo en los bares de Málaga por donde nos movíamos, y “Un amor en cada bar” de Gato Pérez, que sólo lo ha sido en mi casa. Musicalmente se ajustan al ambiente del álbum y pienso que le dan un contrapunto especial”, explica Javier Ojeda.

En resumen, “Tía Lucía” es un gran álbum de versiones, si como tal se habla de un disco que sabe hablar de uno mismo a través de los demás. Sólo así se explica que “Human Nature” (“La condición humana”, tema de Michael Jackson grabado antes del fallecimiento del Rey del Pop) ahora suene a Danza, o que “Ring my bell” y “Being with you” se transformen en temas de rock contundente. O que “I don’t wanna dance” de Eddy Grant, (que no es ni mucho menos de los autores de cabecera del grupo), sufra una vuelta de tuerca radical que lo escora hacia el swing. Esta es la memoria musical de Danza Invisible. Canciones que se han instalado en sus cerebros a través de la radio y que ahora se expresan a través suyo.

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