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Welcome to London!

El Big Ben, principal emblema de la capital del Reino Unido. // CharryTV

El Big Ben, principal emblema de la capital del Reino Unido. // CharryTV

Artículo de opinión de Manolo Guerrero, redactor de Canal Charry

26 Feb 2014 - 21:55 // Charry TV Noticias

Este fin de semana he tenido la oportunidad de volver a Londres, ciudad que me apasiona por su diversidad y contrastes. He paseado por la comercial Carnaby Street, por los mercadillos de Camden o Portobello, asistido a un cambio de guardia en Buckigham Palace y recordado buenos momentos en el Támesis o Trafalgar Square, trayéndome las típicas fotos del Big Ben de todo turista que se precie. 

Viajar y conocer lugares es algo fantástico. Más aún, con un escenario con los encantos de la capital británica. Pero encontrarme a varios paisanos que residen allí me ha hecho reflexionar sobre el presente y futuro de nuestra ciudad, sin olvidar por supuesto el pasado y aquellas generaciones que tuvieron que dejar su vida aquí por encontrar la dignidad fuera de nuestras fronteras.

Qué bonito es poder visitar relajadamente otro país y olvidar por unos días tu rutina. Durante mi estancia allí el sol llegó incluso a brillar, algo extraordinario en un mes de febrero marcado por la niebla, el frío y la lluvia. Pero hay dos caras de Londres y, desafortunadamente, existen cientos de rondeños que ven con otros ojos su imponente arquitectura victoriana y la vida de sus calles. 

2.259 kilómetros de distancia y un insufrible vuelo con Ryanair, un peaje largo para limpiarle la mierda a los ingleses, hacer camas o servir hamburguesas. Jóvenes con carrera, un máster en muchos casos y una brillante formación académica. Gente que emprendió una aventura a la desesperada gastándose sus ahorros para vivir en un cuchitril y repartir curriculums por esas calles de las que yo alegremente disfrutaba. 

Hay casos en los que el peregrinaje es exitoso. Rondeños que, además de aprender otra lengua, consiguen ascender en sus empleos y labrarse un futuro. Pero otros vuelven de vacío tras chocar con barreras idiomáticas, la distancia y la precariedad laboral de un lugar que tampoco es el nirvana. 

El regreso a lo cotidiano ha supuesto para mí un guantazo de realidad. Y no porque no me guste mi trabajo, que me apasiona. Sino porque Ronda sigue sin moverse, sin evolucionar, sin proyectos de futuro y con políticos que se preocupan más por asegurarse unos años de bonanza y por no recibir puñaladas por la espalda de miembros de sus propios partidos que por el porvenir de nuestro pueblo. Los hay en la corporación municipal que, más allá de no haber presentado un sólo proyecto en tres años, no se atreven ni a hablar en un pleno. O no tienen nada que decir. 

No hay ideas, no hay iniciativa y apenas hay oposición. Lobos del pasado regresan a la vida política con piel de cordero. Otros mueven los hilos en la sombra para controlar sus partidos. Y los demás se hacen fotos en actuaciones tan importantes como un parque para que los perritos corran y hagan caca sin que nadie los moleste. 

Así que hoy me tengo que acordar de vosotros, de los que seguís la actualidad local desde la lejanía con la esperanza de que algún día esto cambie y la Ciudad Soñada sea lo que de verdad nos vendieron y no un lugar sin rumbo ni dirección en el que el turismo de bocadillo sigue siendo la principal fuente de ingresos. Y que no falte...  

 Manolo Guerrero

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